Preparados para los ataques

Nadie sabe su nombre. Tampoco dónde vive. Menos de dónde provino. Lo que sí saben todos es que el desconocido, harapiento y con mal olor (seguridades de que era un mendigo), asaltó un colectivo de transporte urbano en Buenos Airs. Lo hizo aprovechando que el vehículo estaba lleno de pasajeros.
Lo más insólito es el método que utilizó. O mejor, el arma de la que se valió: simplemente dos ratas de desagüe. Se subió rápidamente al autobús y esgrimió los roedores amenazando que si no le entregaban el equivalente en dinero, a cuarenta pesos, las dejaba libres.
Los pasajeros estaban aterrorizados. Alguien le extendió un billete, el hombre comprobó que no era lo que esperaba y redobló sus amenazas. La tensión iba creciendo en el lugar. El chofer le pidió que se bajara, a lo que el vagabundo respondió acercándole a la cara las ratas.
Una de las testigos lo describió como un tipo alto, delgado, de cabello rizado, con barba de varios días, y totalmente descuidado en su presentación.
Al final del episodio, que no duró más de quince minutos, se bajó del automotor y desde la acera no cesaba de hacerles muecas y mostrar los dos animalitos, que además de inseparables compañeras se han convertido en su instrumento para delinquir.
La noticia insólita, despertó alegría entre muchos y, para otros, fue motivo de preocupación por las enfermedades que transmiten estos roedores. Hay quienes especulan que el hombre no tenía intención de dejarlos libres en aquél lugar, sólo era para amenazar.
¿Sabía usted que un artífice de amenazas, aunque sabe que está vencido, es Satanás? Es especialista en desatar miedo entre las personas. A muchos cristianos les despierta inseguridad.
El apóstol Pablo describió su accionar de la siguiente manera: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).
Pese a ello, ya está vencido en la cruz, y si permanecemos aferrados de la mano del Señor Jesús, obtendremos la victoria, cualquiera que sea la circunstancia; aún tratándose de las tentaciones que tanto preocupan. Dios te bendiga.