El asiento vacío en la iglesia "...serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío." 1 Samuel 20:18 El asiento vacío habla con elocuencia. A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden oír. Al predicador el asiento vacío le dice: "Tu sermón no vale". Al que visita la iglesia, le advierte: "Ya ves, vamos perdiendo terreno". Al nuevo que busca una iglesia donde asistir: "Vale más esperar a ver lo que pasa aquí". Al tesorero de la iglesia: "¡Cuidado! Habrá un déficit!" A los miembros presentes les aconseja: "Ustedes también pueden ausentarse el domingo próximo". A los verdaderos fieles les aconseja: "Trabajad, invitad, orad, llenad esos asientos vacíos". El asiento vacío testifica contra los cultos. Mata la inspiración, ahoga la esperanza. Aleja el celo y es un peso desanimador para toda la iglesia. Por otro lado, el asiento ocupado es un ala, es un estímulo, es un incentivo y una inspiración al predicador y a toda persona que ama al Señor Jesús.