El valor de un alma Mientras que un anciano caminaba por la playa al amanecer, vio que un joven, unos pasos adelante, iba recogiendo de la arena estrellas de mar, que luego arrojaba al mar. Por último, al llegar hasta el joven, el viejo le preguntó por qué hacía eso. La respuesta fue: Las estrellas de mar extraviadas en la arena morirían si las dejaba allí hasta que el sol calentara la playa. - Pero hay muchos kilómetros de playa, y hay allí millares de estrellas de mar. ¿Habrá alguna diferencia después de ese esfuerzo tuyo? - Objetó el anciano. El joven miró la estrella de mar que tenía en ese momento en la mano, la lanzó al mar, y replicó: - Para esta sí habrá diferencia