Jesús y el Diablo se encontraron en un camino Cuenta una leyenda Israelita que un día Jesús y el Diablo se encontraron en un camino. El Enemigo de la humanidad pregunto con un tono de asombro y también de burla: _¿Qué ves en los seres humanos que te interesas tanto por ellos? Jesús humildemente respondió: _Me intereso por ellos simplemente por que son mi creación, simplemente por que los amo. _Es verdad, Contesto el Diablo, tú los creaste, pero: ¿Crees que vale la pena tanto sacrificio? Mirando alrededor, Jesús contesto: _Nada de lo que yo haga por ellos, será en vano. Claro que vale la pena. El Diablo dio una carcajada y dijo: _¿Acaso crees que ellos valoran todo lo que haces? Observa bien a tu creación. Ellos siempre te rechazan. _Es verdad, dijo Jesús, ellos me rechazan, pero no son todos, pues muchos me aman, y son felices. _Es que no te das cuenta, contesto el Diablo, que ellos prefieren estar conmigo. Mira en los cines, los bares, los lugares bailables, los estadios de fútbol, todos están allí alegres, nada les falta. Ahora mira en tus Iglesias, apenas unos pocos, que con el tiempo, también serán atraídos a mí. De repente, algunas lagrimas corrieron por el rostro de Jesús. Pues el sabía que sus hijos, que con tanto amor los había creado, y por quienes había muerto, ahora huían de él. Pero lentamente bajo la mirada y observo sus manos. Allí estaban los orificios de los clavos que le atravesaron cuando dio su vida en una cruz por los que ahora lo rechazaban. Luego miro a su enemigo dijo: _Ellos volverán a mí. Un día las aflicciones que tu les causaste no las soportaran más. Un día se encontraran tan enredados en problemas, tan desesperados por los errores que tú los impulsaste a cometer, que ya no verán otra solución que correr a mis brazos. Por que yo siempre los espere, pues un día derrame mi sangre por ellos en una cruz. Ellos me pertenecen. Y así termino la charla. El Diablo continuo su camino hacia el mundo, con la única intención de causar mas dolor, de causar más llanto y sufrimientos en las personas. Su único objetivo es producir desgracia, dolor, dividir hogares, provocar muertes inesperadas. Jesús quedo esperando en el camino con sus brazos extendidos. No tenia otra intención, que la de llenar de felicidad y gozo a todo aquel que libremente corriera a sus brazos. Solamente quería reconstruir las vidas que el Diablo tanto había dañado. Solo quería salvar al mundo del pecado. Y sentado Jesús junto al camino, mientras esperaba por sus hijos, en el polvo y con su dedo escribió una frase que decía: "Por que de tal manera amo Dios al mundo, que dio a su único hijo, para que el que en el crea, no se pierda, mas tenga vida eterna".