La oportunidad llegó aquella mañana fría, camino del trabajo, mientras se desplazaba en un vehículo colectivo. Los vidrios estaban empañados y aún los bordes de los asientos, de aluminio, estaban helados. Dibujó una figura sobre la superficie empañada del vidrio. Lo hizo con curiosidad, como de una niña que descubre algo nuevo.
La persona que viajaba junto a ella, hizo un comentario. Le informó sobre los últimos reportes meteorológicos para el país. "El invierno se extenderá por dos meses más", le dijo con desconsuelo. A continuación, estimulada por la preocupación que llevaba dentro, le expresó su inquietud. "Dios es injusto porque yo vivo de vender artículos en una acera, y ahora no tendré qué llevar a mi familia".
Sin proponérselo, aquellas palabras de desesperanza se convirtieron en su mejor excusa para iniciar un diálogo en el que le habló de la forma como Dios cuida de sus hijos. Le refirió los alcances del amor del Creador y las manifestaciones de ayuda a quien se lo pedía.
Fue un testimonio rápido pero vívido, en el que relacionó lo que había experimentado. "El Señor nunca me ha dejado sola", precisó.
Le habló del sacrificio redentor de Jesucristo, pero esencialmente, del amor y de la misericordia divinas para quienes consideran que no tienen salida a su crisis. Fue eficaz. Antes de bajarse del microbús, le invitó a hacer decisión de fe. Era una nueva alma ganada para el reino de Dios...
Guarde gratitud hacia Dios
Los seres humanos y por una extraña razón, siempre esperamos lo mejor de la vida sin dar nada a cambio. Y en algunos casos, no valoramos la manifestación amorosa de Dios, obrando milagros en nuestro ser o tal vez, ayudándonos a superar períodos de angustia.
El salmista nos dio un ejemplo de gratitud hacia el Supremo Hacedor cuando escribió: "Señor, siempre diré en mi canto, que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel. Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable, invariable como el mismo cielo" (Salmo 89:1, 2. Versión Popular).
Que no pase un día sin que haga un inventario sobre todas bendiciones recibidas del Creador, y que tampoco sin expresar su agradecimiento por la provisión divina. Es una forma que tenemos los hijos de Dios, de expresarle amor, agradecimiento y honra. Él se lo merece todo...