¿Qué significa para usted la palabra compromiso? Aunque es una palabra que todos conocemos, es posible que no entendamos en realidad todas las implicaciones de un compromiso firme y sólido.
Una de las enseñanzas más claras sobre el compromiso es Romanos 12:1-3, en la que Pablo llama a los cristianos a presentar sus cuerpos como un sacrificio vivo al Señor. Piense en esa imagen. ¿Cómo ofrecían las personas sacrificios en el Antiguo Testamento? Los llevaban al templo, los entregaban al sacerdote y luego se marchaban.
Claro que se marchaban. No se quedaban con las manos sobre lo que habían traído al Señor. No lo ofrecían con carácter temporal, ni esperaban recuperarlo. Simplemente lo daban, con la confianza de que Dios honraría su sacrificio.
¿Caracteriza esta clase de entrega total su compromiso con el Señor? ¿Se ha entregado usted de manera absoluta y completa a Su voluntad, dirección y propósito?
Muchas personas no pueden responder afirmativamente a estas preguntas. Es posible que esos creyentes vacilantes tengan una fe salvadora en Cristo, pero es casi como si imaginaran que hay un pequeño contrato entre ellos y Dios. Piensan de la siguiente manera: Puedes tenerme en este momento, Jesús, siempre y cuando cuides de mí. Pero si me sucede algo malo, me llevo otra vez mi sacrificio.
¿Depende tu compromiso de las bendiciones de Dios? ¿Enfrentas vos tus problemas con gozo (Stg. 1:2), o tus luchas debilitan poco a poco tu sagrado compromiso? Una fe activa y creciente exige su total entrega a Dios. ¿Estás listo para hacer ese sacrificio? Dios te bendiga