Aquella mujer, golpeada por la vida, no pudo resistir el duro impacto en su cerebro
y cayó fulminada en agonía de muerte, al conocer la noticia, escuche en mi corazón la siguiente pregunta, qué harás?,mi respuesta fue, te tengo a tí Señor, tú lo harás por mi. Pocos días después, abrazaba y caminaba junta a aquella mujer, mi madre, ante el asombro de todos. Mi respuesta,... Para El todas las cosas son posibles. La de Dios, Tú fe Y confianza en mi salvaron a tú madre.