Sabías que con estas promociones de gente que atrae lo que no podes conseguir por derecho propio, tuvo un desenlace imprevisto. Una persona denunció que fue engañada deliberadamente a travez de una propaganda de televisión que ofrecía determinados servicios públicamente. Se fue a la audiencia y al finalizar la misma, la juez se pronunció. Lo hizo con gesto adusto. Con pocas palabras. Alrededor, el jurado, los testigos y los asistentes estaban expectantes El ambiente era tenso. La disposición era que la persona con supuesto poderes que tenía enfrente, debía reintegrar los 1.275 dólares por ofrecer un servicio que es "objetiva y completamente imposible".
El caso llegó a la corte de la Nación después de tres años en los que una mujer visitara con regularidad a esta persona dueña de ciertos y relevantes poderes. Buscaba que le hiciera regresar a su novio, que la abandonó una tarde cualquiera del 2003.
Durante todo ese tiempo, la demandada realizó el correspondiente ritual durante varias semanas, cada noche de luna llena, pero nada sucedió. El ex novio continuaba renuente a volver con la afectada.
--Un ritual de amor no es suficiente para influir en una persona, a la distancia.--dijo la juez.
El brujo, adivino o como quieras llamarlo se defendió argumentando que le advierte a todos sus clientes, que no garantiza los resultados de sus "trabajos".
Hoy día todos vemos que abundan anuncios, en la radio, los diarios y la televisión, sobre hombres y mujeres que se especializan en ciencias ocultas. Recientemente al pasar por la Plaza 9 de Juilo, en pleno centro de Salta, me pasaron una hoja volante con el anuncio: "Le regresamos el ser querido en tres días".
Pero lo sorprendente es que haya quienes consultan a estos "encantadores". Pasan por alto la advertencia que hizo Dios: "Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos." (Deuteronomio 18:9-11).
Nuestra confianza debe ser depositada en Dios y no en el ocultismo. Dios rechaza a quienes consultan adivinos. Declara tales actuaciones como "abominaciones". Observá que cosas simples como leer el horóscopo y el tarot, "fumar el tabaco" y hacer riegos, son entre otras, prácticas de ocultismo que desagradan al Señor. Recordá: hoy es el día para cambiar..., tratá de aconsejar a quién lo esté haciendo, por que vos sabes y conoces las consecuecias. Dios te bendiga.