Hace dos semanas hablamos del compromiso con nuestra Fe. En los tiempos de "estrechez" de nuestra vida, cuando Dios nos está probando, Él nos enseñará nuevas y más profundas verdades acerca de Sí mismo, de sus propósitos y de sus promesas. Las dificultades son muchas veces dolorosas, pero son siempre para nuestro bien.
Desde una perspectiva humana, los tiempos de prueba pueden ser desconcertantes. Piensa en la orden que Dios le dio a Abraham, de sacrificar a su muy anhelado hijo Isaac. La perspectiva terrenal de Abraham pudo haber considerado esta orden como:
1 Absurda. "Señor, mi hijo es lo que más amo en este mundo. ¿Por qué me pides que haga esto?"
2 Inoportuna. "¿Por qué ahora, Señor? Mi hijo es todavía muy joven. Y es a través de él que tendré mi descendencia".
3 Injusta. "No es justo que me pidas esto. ¿Es que acaso no dejé mi hogar y mis amigos para seguirte?"
4 Insoportable. "Esto es demasiado duro para mí. No podré soportar este dolor".
Pero Abraham rechazó esa forma de pensar; por el contrario, confió en Dios y rehusó desobedecer. La prueba reveló el firme compromiso de Abraham con el plan del Señor.
Nuestro Padre celestial sabe cuáles circunstancias nos ayudarán a crecer, por lo que nos pide que tengamos fe y le obedezcamos. Recordar su amor infinito y su total consagración a sus hijos, nos ayudará a lograrlo. Tenga la seguridad de que Dios no se equivoca en su trato con nosotros.
¿No quisieras vos responder a los tiempos de prueba como lo hizo Abraham, confiando en Dios y obedeciéndole? Dios te bendiga.